logo-multitest

¡No te des por vencido, todo tiene su tiempo!

Parece que hubiera sido ayer cuando escuchamos a nuestro presidente hablar y decir que todo se paralizaba por razones de la pandemia, de la noche a la mañana todo cambio y no pudimos salir de casa. 

Justo cuando veíamos que la economía de nuestro país iba creciendo y poco a poco tomando forma, todo cambió.

 

Según el diario Gestión sólo en Lima se registró 1.2 millones de personas entre hombres y mujeres que se quedaron sin trabajo a raíz de la pandemia, al leer estas cifras nos llenamos de tristeza, ira y temor y más aún cuando estamos pasando en carne propia el no tener un trabajo, la pregunta que me hago en estos momentos sería ¿es fácil aceptar que nos quedamos sin trabajo? 


Perder la pseudo seguridad económica por medio de un trabajo, nos hace muy vulnerables ante nuestros seres queridos, hace que nos sintamos inseguros y nos hace perder la confianza en nosotros mismos, ver que los sectores económicos del país se han frenado, hace que nos frustremos más por no poder alcanzar nuestras metas o lo que teníamos planeado para nuestras familias, poco a poco la inseguridad sigue creciendo y nos dejamos llevar por la angustia y preocupación. 

De esta manera ¿será posible que estos sentimientos de frustración e inseguridad afecten a nuestra autoestima? 


Podemos llegar a pensar ¿porque me sacaron a mi y no a mi compañero? ¿A caso no trabajaba bien? Cuantas preguntas nos embargan y nos hace tener ideas que no nos ayudan a seguir avanzando, solo nos hunden. 


Es cierto que el tener un trabajo nos puede dar la tranquilidad y seguridad de estar al día en nuestros pagos o de poder darnos un gusto y comprar lo que se nos antoje, pero ¿realmente eso es tener paz y seguridad? 


Probablemente nuestra autoestima si se vea afectada si depositamos nuestra seguridad y valor como persona en un puesto de trabajo o en la economía, 

He aprendido que existen tres cosas importantes en esta vida, lo primero es aprender a conocernos y encontrar esa esencia y valor que tenemos como personas, que no lo encontramos en un trabajo o en un gran sueldo, lo segundo es aceptar la situación que nos toca vivir y entender que en esta vida todo tiene un propósito, por último y no menos importante es aprender a contentarnos con lo mucho o poco que tengamos, no se trata de ser conformistas si no más bien agradecidos. 

 

No nos desanímenos si nos quedamos sin un puesto de trabajo, aprovecha y sácale el jugo a estas horas libres que tienes, haz lo que siempre quisiste hacer cuando decías: “ el trabajo me demanda mucho tiempo”, puedes pasar más tiempo en familia o estudiar un curso por internet. 

 

Recuerda que todo tiene su tiempo y el tuyo llegará en el momento indicado. 

 

Gabriela Cuellar